La decisión del Tribunal
Constitucional proporciona, por fin, un soplo de aire fresco en Asturias. Y la
verdad es que se agradece porque el ambiente comenzaba a ser irrespirable con
tantos conflictos, desatinos y despropósitos. Conocido el fallo judicial ya no
existen falsos argumentos y coartadas para dilatar la formación de un nuevo
Gobierno. Recuperamos así la cordura democrática y volvemos al escenario que
nunca debimos abandonar: al resultado emanado del voto emitido libremente el 25
de marzo.
La que no parece recordar mucho
la cordura es la derecha de esta región con tanto mensaje contradictorio. Lo
que servía ayer, deja de servir al día siguiente. Lo blanco se convierte en
negro en cuestión de minutos. Si patética fue la intervención de Mercedes Fernández
en el pleno de constitución de la Junta General del Principado, patético es que
ahora diga estar dispuesta a apoyar a Cascos si éste consigue previamente el
apoyo del diputado de UPyD. ¿Qué tipo de política esta? ¿No había dicho ya
públicamente que ella se presentaba como candidata a la Presidencia? ¿Será la
política del avestruz? Lo digo porque tal parece esconder la cabeza en el suelo
y esperar que otros, en este caso Prendes, tome la decisión por ella.
A nadie se le escapa ya que el
problema de la derecha asturiana es la falta total y absoluta de entendimiento.
Y de esos lodos vienen los actuales barros de una Asturias que lleva ya cerca
de un año a la deriva, con un Gobierno que, decían, iba a trabajar a cuatro
turnos y acabó a media jornada.
El 22 de mayo será un día importante
para Asturias. Y llegado a este punto me acuerdo de aquellos hermosos versos de
Gabriel Celaya: “Maldigo la poesía concebida como un
lujo/cultural por los neutrales/ que, lavándose las manos, se desentienden y
evaden./Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”.
Son unos versos que cobran
especial sentido en la actual encrucijada en la que nos encontramos. La
sociedad asturiana no entendería una “neutralidad” que enquistara más la
situación. Toca tomar partido, toca mancharse y escuchar el clamor de la
sociedad asturiana. Toca no olvidar el
nefasto papel que ha desempeñado el
actual Presidente del Principado
en funciones. Toca pensar lo que realmente necesita Asturias: un Javier
Fernández comedido en las formas, con capacidad de escuchar, talante negociador
y compromiso con su tierra o un Francisco Álvarez Cascos soberbio, arrogante,
que no escucha a nadie y que ha demostrado anteponer sus intereses por encima
del bien general.
Y como lo que ha generado la
situación en que nos encontramos ha sido el voto emigrante me gustaría que el
día 22 de mayo o 48 horas más tarde pudiéramos recitar, a modo de epílogo y
cierre de una etapa aciaga para Asturias, los versos del chileno Pablo Neruda
que dicen:
“Soy el
desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo
perdió todo, y el que todo lo tuvo.”
Estoy convencida que de
producirse un relevo en el Gobierno del Principado de Asturias muchos asturianos
y asturianas en el exterior se sumarían de buen grado a un recital poético de
estas características.
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